Y llega un día
He recibido este WhatsApp que he sentido como propio, no sé si los lectores sentirán lo mismo; la verdad es que cuando pasa el tiempo, y sobre todo si ya no está con nosotros, nos vemos actuando como “ella”, haciendo aquellas cosas por las que le preguntabas ¿por qué haces eso? Y ahora te parece lo más normal:
“Y llega un día en que te escuchas
hablando como ella, cocinando como ella,
regañando como ella, cantando como ella,
enseñando como ella, bailando como ella,
escribiendo como ella.
Y llega un día en que esos zapatos gigantes
que tanto te probaste te quedan, y puedes
recorrer su huella.
Y con cada paso vas entendiendo todo
lo que alguna vez criticaste.
Y entiendes los límites, los retos, los
enojos, las preocupaciones, los miedos.
Y agradeces que estuvo ahí,
acompañándote de cerca, cuidando,
vigilando.
Y agradeces sus desvelos, sus sacrificios,
su tiempo,
Llega un día en que te miras al espejo y la
ves.
Porque unos meses estuvimos dentro de ella
pero ella siempre va a estar dentro de
nosotros”.
Anónimo