Un caldo nada cobarde
Un cortesano famoso por su avaricia invitó a comer a Francisco de Quevedo. La sopa que le sirvieron era poco más que agua caliente sin ningún tipo de sustancia. Cuando el anfitrión le preguntó:¿Le agrada el caldo don Fracisco?”, el escritor repondió, burlón:Agradarme,no sé si me agrada, pero lo cierto es que es un caldo muy valiente….¡no tiene nada de gallina!” .
Hª y Vida.
Tengo a don Francisco de Quevedo por una persona sumamente inteligente,sus escritos contra el sistema de aquel entonces le dieron muchos disgustos, pero a pesar de estar en prisión unas cuantas veces, nunca perdió su sentido del humor tan sutil y tan sibilino que no perdonaba a nadie. Mis respetos don Francisco.
Angeles