Mi suegra Elvira quiere Doctorarse
-Mamá llevas varios días desaparecida.
-Voy a clases herbolarias.
-¿Cómo?
-Ya sabes que fui a comprar hierbas sanadoras.
-Si, lo recuerdo.
-Pues me apunté a un curso de profesora.
-¿De profesora?
-Mismamente de profesora. Estoy aprendiendo todas las hierbas naturales, para doctorarme como No Numeraria en ciencias naturales del herbolario, y convertirme en Herboristera profesional diplomada por la universidad de Monforte de Lemos.
-¡¡Santo Cristo de la Victoria. Dios nos acuda y asista!!
-Mira que expresiones de vieja. Oyéndote hablar parece que estoy con las beatas de Rosario y Milagros.
-Es que tú no te estas escuchando –Responde Marichu.
-Nunca es tarde para aprender. Teniendo cinco dedos en cada una de mis manos, jamás pasaré hambre.
-Pero mamá, si tienes 76 años y jamás has pasado hambre ¿No os estarán engañando? Porque yo creo que en Monforte de Lemos no hay universidad.
-Pues hemos visto el diploma y tiene unas letras muy grandes, muy gordas y todas muy antiguas, donde van a poner que hemos ido al curso y hemos estado muy atentas en clase.
-¿Y que os enseñan?
-A conocer el mundo de las hierbas sanadoras del bosque y también sus principios activos.
-Parece interesante.
-El profesor que nos da las clases está muy vinculado con la realidad oculta de la naturaleza; se ha reencarnado 34 veces, una de ellas fue Rasputín, y otra una bruja meiga gallega que hacía cocimientos mágicos. Curaba con conchas de la playa y tenía siete guías espirituales.
-Con tanta reencarnación, debe tener mucha experiencia –Comenta Maruchi.
-Hoy nos habló de los venenos blancos.
-¿Qué es eso de los venenos blancos?
-Son productos de la alimentación humana, todos muy blancos, que nos dañan el organismo por dentro.
-¿Cuáles son?
-Fundamentalmente, el azúcar, la sal, y la harina.
-Pero casi todo lo que comemos tiene alguno de ellos.
-Yo he decidido dejar de tomar trigo, derivados lácteos de la leche de vaca y también bollos dulces. Tú, si no quieres morir envenenada por los venenos blancos tienes que retirarlos de tu alimentación.
-Entonces ya no podrás tomar nunca más bombones –Responde Marichu.
-Si que puedo.
-Tienen azúcar mamá. Uno de esos venenos blancos.
-No has entendido nada Marichu…–Replica Elvira malhumorada- Es que no escuchas ni atiendes a las personas humanas, y mucho menos a tu madre ¡¡Por favor…!! ¿No ves que los bombones son todos negros?
-Ah, bueno, pero… Estoy yo pensando ¿Y los bombones blancos o el chocolate blanco?
-Aún no llegamos a esa clase. Tú es que toda la vida fuiste mucho de apurar y correr; así te pasó lo que te pasó, y tuviste que casarte antes de tiempo y de hora…
-Bueno, pues perdona.
-No tengo nada que perdonar, pero a veces, Marichu, he llegado a pensar que parece mentira que recibieses una educación tan esmerada, como la que te pagamos con grandes sacrificios tu padre y yo, en el maravilloso y exclusivo colegio de las Carmelitas Calzadas, Siervas Esclavas de la Virgen Dolorosa de la Sagrada Consolación.
Me saltaba las clases de Finura que impartía sor Josefina, a las que tú ibas, y ya ves… Así salí, preñada y rebelde.
Texto: Miguel A. Méndez González
Autor: “El aliento de Cristal”
Foto: Banco de Imágenes y Sonidos
alientodecristal@gmail.com
Que bueno, ahora la suegra Elvira quiere ir a clases herbolarias. Muy entretenida esa suegra.
Ana.
Esa suegra… jajjajajajjajja. Es una mina de anécdotas. Me río con ella.
Va progresando la suegra Elvira nada menos que va a invadir el campo de la enseñanza. Se atreve con todo. ¡Que potingues saldrán de su gran sabiduría!
Ya nos irás contando.
Esa suegra tiene mucha vitalidad. Que no falte el sentido del humor. Felicidades por todos los escritos y principalmente La Suegra Elvira.
A mi hija le gustan los escritos de la suegra. No pensé que estuvieran tan bien.
Saludos.