La luna jugó al escondite.
Este cometa “juguetón” nos vuelve a regalar el espectáculo celeste para que podamos deleitarnos de su presencia. El viernes 27 de julio de 2018 se produjo un eclipse de luna espectacular, como bien saben.
Los tres actores principales dialogaban entre ellos para ver cómo distribuir los trabajos asignados a cada uno. Consistía en hacer el reparto para ver a quién le toca la próxima vez quedar en el medio, si a la tierra o a la luna, con respecto al sol. Quedé fascinado de ese recorrido de las las órbitas siderales que, como dioses de la antiguedad, nos hicieron mirar a todos al cielo. Cuando estaban en lo más alto de la cumbre, dialogando sobre todos los temas de la actualidad, a la luna en un momento dado algo no le gusto. La notamos algo contrariada, porque la vimos entristecer muy apesadumbrada. Con la rabieta tomó la decisión de marcharse, y poquito a poco, para no ser vista se fue ,como jugando al escondite. Al pasar un rato, la vimos salir por una puerta ensombrecida. Eso fue al principio hasta que nuevamente sacó su nueva cara, feliz risueña y muy iluminada.
Ya no nos asustan los eclipses, que parecen brujerías ,con sombras y penumbras, porque sabemos que la tierra es muy juguetona y le gusta jugar al escondite con la luna o el sol. Ella misma se vio atrapada en el juego, causando el silencio de la naturaleza en ese oscuro crepúsculo. En tiempos remotos estos eventos producían temor.
Los eclipses de sol y de luna se cree que se producen desde hace muchos años. La primera anotación que nos consta , data ya de tiempos de los reyes babilonios. El primer eclipse de sol ocurrió el día-31-de Junio del año – 1063 a.C. Desde entonces los babilonios y los chinos fueron anotando, de forma sistemática, todos los eclipses. Incluso llegaron a predecir las fechas de las estaciones y los eclipses, con bastante exactitud. Para ello tuvieron la grandeza de trasladar enormes bloques de piedra, desde lugares lejanos, para construir lo que se cree fue el primer observatorio astronómico de la historia.
Seguiremos fascinados por estos fenómenos de la naturaleza que , aunque científicamente ya nos lo hayan explicado el motivo por el que se producen, siguen siendo misteriosos y fascinantes.
Texto: Emiliano
Imágenes: Pixabay